Trabajar para una startup tiene sus riesgos, pero desde luego también sus recompensas. Es el caso de los cofundadores y primeros empleados de Google, que tras entrar a formar parte de la empresa entre 1998 y 1999 ayudaron a transformar Google en el gigante que es hoy en día.
Muy pocos de los que formaron parte de aquel equipo inicial siguen trabajando para la empresa hoy en día. Los que lo hacen tienen puestos de alta responsabilidad, y los que no se han convertido siguen trabajando en muchos casos como directivos de otras grandes empresas. Estar en el momento y el lugar adecuados (además de su talento individual, por supuesto) tuvo su recompensa.