Imaginemos el siguiente aviso para un casting. “Buscamos niñas regias de entre 4 a 6 años, blancas, rubias y de ojos claros” ¿El resultado? El catálogo de navidad de Saga Falabella.
Las críticas no se han hecho esperar, porque ni en Suiza hay tanta niña rubia y la gran mayoría de niñas peruanas no se acercan ni de lejos al modelo nórdico que presenta esta tienda de departamentos.
No es novedad
Sin embargo, basta con ver los letreros publicitarios de Lima o de cualquier ciudad del Perú y reconocer los tipos raciales para ver que esto no es ninguna novedad. Es más, si vemos las páginas sociales de los medios de comunicación también veremos una preferencia hacia lo blanco.
Blanco = Status

Todavía no me compro la teoría de que en el Perú existe un racismo escondido y solapado. Pero las evidencias en contra se van acumulando. ¿Cuál sería la explicación?
Aparte de que lo blanco está asociado a un ideal de belleza clásico, lo blanco es aspiracional. Esto está en el ADN de muchos publicistas y tal vez tengan razón. En el Perú mientras más rubio seas, más dinero tienes. Lo blanco está asociado al estatus económico. La gente quiere ser blanca, se tiñe el pelo de rubio y se pone lentes de contacto de colores porque quiere, en realidad, una mejora económica.
Vamos a voltear la pregunta ¿Has visto un gringo pobre? ¿Un gringo barriendo las calles? ¿Un gringo obrero, gasfitero, carpintero? Aquí es bien raro, rarísimo.
Hace unos años tuve la oportunidad de viajar a Roma. Recorriendo las calles una cosa me llamó la atención: Una barrendera pelirroja y de ojos verdes había hecho un alto a su trabajo para maquillarse con un pequeño espejo. Yo estaba mirando como si algo no cuadrara, hasta que caí en la cuenta de que esto no pasaba en el Perú.
¿Qué hacemos?
A raíz de la publicación del catálogo de Saga Falabella, hay personas que piden una legislación que promueva la inclusión en la publicidad de gente de todas las razas. Eso a mí me parece una exageración. Si los señores de Saga quieren poner un catálogo sueco a los peruanos tienen todo el derecho de hacerlo. Como también tenemos el derecho de comprar o no en sus tiendas.
Lo curioso en este caso es que la gente ha reaccionado no porque el catálogo sea racista, no hay forma de demostrar esa afirmación. Sino por la ausencia de personas que sean más parecidos a la mayoría de niños y niñas peruanos.
Entonces, lo más lógico, si nos sentimos indignados, es enviar una carta de protesta a:
1. El gerente de marketing de Saga Falabella
2. Las cuentas en redes sociales de Saga Falabella: Facebook y Twitter
3. Anda más arriba y jode también al CEO de Saga Falabella
4. ¿Más todavía? anda al Capo di tutti capi
Y luego enviar una carta de advertencia a:
1. El gerente de marketing de Ripley, para que no se le ocurra hacer lo mismo.
Vamos a ver si con eso se consigue que en futuros catálogos sean más peruanos, por decirlo de alguna forma.
Si todavía piensas que hay que hacer algo más, simplemente no compres en Saga Falabella.
Update
Saga Falabella anuncia que ha retirado la guía navideña tras las acusaciones de racismo. Yo pensé que ya estaban distribuidas. Por lo menos en mi casa llegó el Domingo. Supongo que será el catálogo online que estaba en su web. En fin, de todas maneras, es bueno que escuchen un poco. Ver el comunicado.
Update 2
Pongo algunas reacciones al catálogo de navidad de Saga Falabella. Lo último al comienzo.